Estoy impresionada por sus historias, mejor dicho, por la crudeza de las mismas y a la vez algo exhausta con este mundo teñido de pobreza, crueldad, asesinatos, desgracias, ingratitud, ... al fin y al cabo de tanta guerra.
Hay que tener la piel o el alma como la madera de roble para dedicarse a lo que él hace.
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