lunes, 12 de abril de 2010

Elementos perturbadores.

Sin ánimo de ofender a nadie y mucho menos de parecer retrógada, hay cosas que siguen impactándome. Aquí os lo cuento:

1. Hace mucho tiempo, una niña con once años se da cuenta de que su género no coincide con su sexo. Pasan tres años hasta que consigue que sus padres consientan que se hormone para hacer coincidir género y sexo, le practican la mastectomía con el tiempo, pero no puede costearse la operación para extirparle matriz... y en definitiva reconstruirle sus órganos genitales con el fin de ser hombre (en su aspecto físico que hombre ya lo era). Hasta ahí, nada que aportar porque entiendo la situación. Pasan los años, y el hombre se enamora de otro hombre que a su vez es transexual, como él. El caso es que ambos deciden ser padres y aprovechan que uno de ellos conserva sus órganos genitales femeninos para ser inseminad(o) y quedarse embarazad(o) de un amigo de ambos ... en este punto, mi confusión de género y sexo empieza a tener consistencia de "mejunje". La historia la tenéis aquí. Pero no es nueva porque ya hubo un hombre transexual que tuvo un bebé y que por lo visto fue el primero, aquí su historia ... En realidad, el asunto deja de ser confuso en cuanto dejas de pensar en género o en sexo y piensas simplemente en personas, pero quería transmitiros ésto, sobre todo porque la imagen de ver a un hombre embarazado me produjo cierto impacto visual.

2. Esta semana hay algo que sí me ha perturbado considerablemente, una persona cercana a mi ha recibido una noticia en la que han de operar de urgencia a su madre por un tumor. La situación podría ser diferente si pudiese producirse la operación, pero mi amiga se ha encontrado con un problema aún más duro de roer que el tumor: la religión de su madre no le permite las transfusiones de sangre. Hoy, la familia al completo ha firmado un documento donde prohíbe cualquier intervención quirúrgica donde se le pueda hacer una transfusión de sangre. Ella no está de acuerdo con la mayoría y está desolada: sin operación, el médico le ha reiterado que su madre morirá. La familia está feliz con la decisión: sin sangre, no hay pecado ¡Dios proveerá! Si Él decide llamarla, habrá que asumir su decisión. Me quedo sin palabras y solo puedo citar a Karl Marx: La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma.

3. He escuchado en las noticias que van a prohibir los cuentos tradicionales en las aulas. Según la Ministra Bibiana Aído del Ministerio de Igualdad, son cuentos sexistas... vale, estoy de acuerdo. De hecho, de las cientos de versiones del cuento original de "La Cenicienta" hay algunas que cuentan cómo la protagonista se corta los dedos para que le quepa el pie en el zapato de cristal y cómo el príncipe llega hasta ella gracias a la sangre derramada... Pues sí, es sexista y además macabro, pero creo que en el momento que se escribió, tenía un fin bien diferente al de entretener a los "niños", de hecho y como su propia clasificación indica es un "Cuento tradicional" que no "Infantil", osea, que se transmitían oralmente y con el fin de entretener a una población analfabeta que no tenía ni televisión ni radio y a los que además se les devolvía la propia imagen del pueblo. No creo por tanto que todos los cuentos sean para niños, lo mismo que ocurre con los dibujos animados. Por eso, no entiendo la prohibición, simplemente se debería ver qué tipo de cuentos son para niños y cuáles no. Como todo en educación, se trata de ver la idoneidad de unos contenidos... Por otra parte, ya hay algo que me da tufillo: últimamente, cuando algo no funciona en esta sociedad, acaba siempre echándose la culpa a la escuela. Como madre, me indigno ante este hecho tan hipócrita. El primer pilar de la educación de nuestros hijos no son los maestros sino nosotros los padres. Por mucha Caperucita moderna que se cuente en las asambleas de Educación Infantil, poco cambio se producirá si cuando lleguen los niños a sus casas sus progenitores siguen perpetuando estereotipos tradicionales. Y sí, por supuesto que algo hay que hacer, por supuesto que la escuela ha de contribuir a la igualdad de los sexos, pero el primer impulso no sólo deber partir de las aulas... Por favor! ¿a quién pretendemos engañar? estamos en pañales en cuanto a igualdad y ahora ¿vamos a mirar con lupa los cuentos tradicionales? Hasta podéis participar de una encuesta aquí.

Es lunes y ya estoy alucinando o quizá hasta desvarío ... ¿tú no?

8 comentarios:

Diario de una mamá pediatra dijo...

Pues chica, qué te voy a decir...
No puedo estar más de acuerdo contigo.
Un abrazo

Papalobo dijo...

Hola.
Punto 1. nada que objetar, al fin y al cabo fifiológicamente es mujer, aunque van a tener que romperse la cabeza para explicarle a su hijo la situación, que por otro lado, una vez entendida no creo yo que pase nada.

Punto 2. creo recordar que salió un caso similar que termino en los tribunales. Es una lástima que aún no se hayan inventado las transfusiones de cerebro. Hay tanto necesitado de ellas por el mundo...

Punto 3. Ya era hora que cambiaran ciertas cosas y se ajustaran a la realidad actual. ¿Qué era eso de Blancanieves y los 7 enanitos? Es mucho mejor, pepito y las 7 modelos operadas hasta las cejas. O la bella durmiente, nononono, mucho mejor lo llamamos la Jeny con resaca un domingo cualquiera. O caperucita y el lobo feroz, ¿pero cómo hemos podido crecer con eso? Mucho mejor, caperucha y lobo que era un camello.
Que país!

q+mda dijo...

Como dijo Jack The Ripper, vayamos por partes:
1.- La verdad es que es muy complicado aceptarse a uno mismo (te lo digo por experiencia propia) pero más complicado es sentirse ajeno al cuerpo que te ha tocado; rompo una lanza por el mundo transexual, eso si, me asquean aquellos que lo usan para sacar dinero, léase el caso de la primera transexual embarazada...eso si que no tiene ni mi apoyo ni mi respeto
2.- Los médicos deberían de ser soberanos a este respecto, ninguna religión puede ni debe decidir sobre la vida de una persona; no son ellos los que no defienden el suicidio, no está castigado por la ley divina???si es así, cómo permiten estos suicidios pactados y firmados??? panda de hipócritas!
3.- Los cuentos me tocan la fibra sensible porque enmascara una realidad más brutal; los cuentos nos hablan de maravillosos príncipes que agasajan a las princesas con finales de para siempre jamás... qué tiene de malo que un niñ@ sueñe con ellos??? sobre todo aquellos que por desgracia en sus casas no viven ningún cuento de hadas sino todo lo contrario... y no quiero entrar en detalles; Sra "Miembra", dejé mos las cosas como están o preocupémonos de la educación de los niñ@s en sus propios hogares...de la escuela ya nos encargamos otr@s.

Lil' kisses sweet heart

Isa dijo...

Yo también voy a ir por partes, que la entrada lo requiere:

1. El tema de la transexualidad y la maternidad es complejo y no exento de controversia, en cualquier caso soy de la opinión de que ninguna familia (sea de la naturaleza que sea) deja de ser susceptible de resultar nociva para un crío.... o lo que viene a ser lo mismo, en todos lados cuece habas.

2. Pues va a resultar que soy marxista (ya lo sabía ;-) Habrá gente a la que la religión le sirva de soporte vital y de consuelo, pero sus doctrinas llevadas al extremo son la causa de muchas de las grandes tragedias de la humanidad.

3. Estos cuentos son machistas, y creo que el rollito princesa que tanto cala en las niñas no es muy positivo para la igualdad... dicho lo cuál, prohibirlos me parece una sandez mayúscula. En cualquier caso, ¿cómo se evita que las niñas tengan en la cabeza el anhelo de que un príncipe azul venga a salvarlas de la pobreza y la maldad? Supongo que enseñandolas que las únicas capaces de salvarse de un futuro chungo son ellas mismas.

Niña hechicera dijo...

Espero no ofender a nadie con el comentario ni que nadie crea que soy una retrógada o algo parecido,pero la política social a la que juegan los señores dirigentes de este país está propiciando unos excesos en algunas decisiones que cágate lorito....

Una cosa es reconocer y normalizar la situación de los transexuales,los homosexuales etc que tienen el mismo derecho que los heteros a ser felices y realizarse como ciudadanos de bien...;) otra muy distinta hablar de igualdad,de discriminación positiva,y pretender hacernos creer que por cambiar el final de Caperucita Roja las niñas dejarán de comerse al lobo-tan ricamente- sin que las tachen de "frescas"...
Como bien dices, la educación ,los valores,el eliminar etiquetas y prejuicios,tenemos que currárnoslo los padres, o las madres,o la madre que los parió,sea quien fuere...
Esto,me temo que da para mucho más que una entrada...un post muy bueno.

Ana dijo...

Pues yo, para variar, voy a ser breve: amén a todo...

Chelo dijo...

me he quedado de piedra con lo de que la Cenicienta se corta los dedos para que le entre el zapato, no lo había oido nunca, estoy im-pactada...

FRA:CO dijo...

Jejé, qué curioso.