Revisaba con pulso tembloroso cada una de las hojas arrancadas,
con los ojos empañados,
empeñados en acariciar cada letra dedicada.
Su pecho se encogía
pisado por el paso de tantos recuerdos
y el peso de tanto olvido.
Leía aquel montón de cartas
de tinta diluída entre sus antiguas lágrimas.
Y a pesar del tiempo y las canas que peinaba,
la emoción le recorría con las ansias de enjugar tantas noches veladas.
Deseaba que llegase el aire fresco
para liberarla de tantas promesas,
de tantas excusas,
de tanto lamento,
de tanto nada.
Y se sucecía cada gris otoño con cada frío invierno,
primaveras rosadas, veranos secos
sin abrir el aire su ventana.
Y retomaba las viejas fotos
esas de pieles tersas e ideas claras,
y cada año se engañaba susurrándose entre dientes
que alguna vez le dijeron
"te quiero y con eso basta".
5 comentarios:
Que bonito! me hiciste llorar me encanta como llega al alma tus letras.
Besos.
Querida Lucía: a mi me pasa lo mismo contigo. Te mando un beso fuerte.
y cómo duele...ese dolor.
Lo bueno es verlo con distancia,a salvo..¿verdad?
Muy bonito..
:)
Ay, así es la nostalgia...
Un supersaludo
Hola Rose, SW!!!
cuánto tiempo!!! .... no hay nada como retomar las viejas cartas para meterlas en las cajas de la mudanza para que te vengan los recuerdos de golpe (y la inspiración también)
Un beso chicas :)
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