martes, 6 de marzo de 2012

Anoche, me quedé dormida junto a ti.
Y tú, acurrucado contra mi cuerpo,
con una sonrisa dibujada en tu dulce cara.
Me quedé dormida respirando tu aroma.
Reconozco la textura de tu piel como si fuese la mía propia.
Identifico los latidos de tu corazón al compás de los míos.
Y voy relajando mi mente,
recordándote cuando aún eras un bebé.
La ternura de tus ojos cuando nos miras.
La inocencia de tu expresión.

Mi niño,
desde que veniste a mi vida,
soy más feliz.
Mis días están repletos de momentos,
instantes, moléculas de alegría
que lo impregnan todo.

Porque contigo en casa,
mi amor,
me río más que nunca.
Y mi alma es más ligera.

4 comentarios:

Cris dijo...

PRECIOSO, ME ENCANTA...

Niña hechicera dijo...

Me has hecho llorar...!!!!!
(me contagias tus hormonas,je,je :)

Paula Martínez dijo...

Reconozco esos momentos, los comparto y sé que algún día los añoraré, porque son maravillosos.

ZombieGirl dijo...

Muy bello, tener un hijo cambia la vida. SE que suena muy gastado pero es totalmente cierto. Hay días en los que el cansancio te mata pero viene este mocosito y te dice una verdad de esas verdaderas que se te queda la sonrisa por un buen rato así congeladita..