lunes, 30 de enero de 2006

DÍA DE NIEVE, DÍA DE FRÍO...


No es un tópico ni una redundancia. En mi casa es la cruda realidad.

Justo cuando empezaron a caer los primeros copos de nieve, el sistema eléctrico de mi pequeña choza dijo que no podía más, y llevando la contraria al temporal , se pegó un calentón de tal magnitud que nos dejó con el corazón perplejo y la pared del salón comedor chamuscada.

Gracias al ingenio de los seres humanos que habitan lo que ahora es una cueva -con carambanos incluídos- y aunando nuestras mentes creativas, conseguimos salvar a los pececillos tropicales de una muerte segura: A base de cables, hicimos un gran alargador de aproximadamente seis metros, que llegaba a uno de los pocos enchufes sanos de la casa. Gracias a todos los dioses pusimos en marcha el termostato, el filtro y la luz del acuario...

Podremos morir helados, pero nunca nos quitarán el gusto de ver cómo nadan mis maravillosos chiquitines.

Y los demás, pues hasta que el cuerpo aguante.

1 comentario:

Melisa dijo...

Pobrecines, menos mal que reaccionastéis rápido. Me alegra leer que están todos bien