miércoles, 5 de diciembre de 2012

El cuento de los pies

Y decidí ponerme chanclas

y frente a mi se abrieron

caminos de lodo.

Y otros pisaron mis semidesnudos pies

maltrechos.

Así que me calcé unos zapatos,

cómodos, de piel suave y suela fina

y frente a mi se mostraron

pedregosos caminos.

Y otros aplastaron

mis empeines sin compasión.

Así que decidí hacerme

con unas grandes botas,

de vasta suela y dura piel

y frente a mi

se postraron amplias veredas

y sumisos pies descalzos

dispuestos a ser pisados,

temiendo ser aplastados.

3 comentarios:

Niña hechicera dijo...

Así es la vida...siempre improvisando...es lo que nos queda y es lo mejor:no des nada por sentado y siempre sentirás que sigues viva.
eso es lo único que merece la pena.

:))
p.s a ver si me envías una foto al correo con tus peques :))))

Ana dijo...

Muy bonito... y a mí, personalmente, hoy me ha llegado mucho... esos momentos en los que piensas que vas contracorriente, que todo lo que hagas no vale para nada porque tenías que haber hecho lo contrario... en fin, que me ha encantado...

Ciudadana C dijo...

Gracias Ana... me gusta si te ha llegado. Siempre es bueno ser consciente de lo que le ocurre a uno, hacer una pequeña reflexión y sobre todo aprender de esas vivencias. Todo lo que nos pasa nos hace más completos, más sabios y lo creas o no, hace de nuestra vida, como dice arriba Holiday Mist, merezca la pena.