Te miro, redondeo con mis ojos tus pestañas, tus párpados cerrados acunados por un ritmo somnoliento de latidos. Me pregunto qué soñarás mientras te observo.
Repaso lentamente la suavidad de tu piel, tu naricilla recibiendo el aire al respirar, la boca entreabierta dibujando una leve sonrisa.
Y tus pequeñas manos, tan perfectas con esos deditos tan parecidos a los de papá.
Acurrucadito entre las sábanas, sintiéndote tan seguro.
Deja que me quede con este recuerdo, que conserve esta imagen, que piense que eres sin duda lo mejor que he hecho en la vida.
Te beso suavemente para no romper tus sueños y dejo junto a tu almohada un pedacito de alma. Y mi corazón que siempre va contigo a todas partes, que se fue contigo cuando llegaste y que siempre te acompaña.
5 comentarios:
Preciosos que bellas palabras
para esa personita tan importante
para ti.
Y que felicidad, tenerlos asin tan cerca…
Es un amor difícil de explicar si no eres madre.
Felicidades! Por esta entrada tan dulce.
Un beso
Dulce...
Un supersaludo
Ay mamá enamorada!!! qué sensibilidad y qué bonito lo cuentas,hija....
Ojalá pudiesemos conservar esas imágenes para siempre,ojalá se quedasen así d pequeñitos,verdad?
Si, no me canso de mirarle, enamoramiento 100%. Son tan pequeñajos, me produce mucha ternura ver cómo una personilla así va aprendiendo, evolucionando, progresando. Es fantástico poder vivirlo tan de cerca...
La foto hace muy buenas migas con el texto, me encantan ambos :)
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