Son las ocho y media de la mañana y tenemos cinco minutos de margen para salir de casa -ambos dos- con el niño, el "babi", la autorización firmada por los padres, el abrigo, el paraguas, el bolso, la cartera del colegio de papá, mi abrigo, el abrigo de papá y toda la madre que parió a todos los cachibaches juntos.
Me estoy vistiendo rápidamente porque hoy se nos ha vuelto a hacer tarde, a pesar de que nos levantamos a las siete de la mañana, osea, una hora y media antes de llegar a nuestros respectivos trabajos! hoy el peque ha tirado el desayuno y se ha montado el pifostio del siglo, toda la pared manchada de chocolate resistente al agua y al jabón, su ropa, mi ropa, todo templadamente empapado, el suelo de la cocina (fregadito de la noche anterior), la taza de desayuno hecha trizas, las trizas desparramadas hasta por el pasillo casi llegando a la altura del salón (que está a una distancia de unos 15 pasos de la cocina), ¡me cago en tó lo que se menea!
Mientras limpiaba el desaguisado se me ha salido el puñetero café, se me ha enfriado la tostada y se me ha puesto un mal cuajo que ni te cuento.
Hemos salido de esa (mal que bien), el peque se ha vestido solo impecablemente de lo "acongojado" que estaba por verme con esa mala rasca. Mientras, mi churri murri hacía los honores intentado ayudarme mientras yo intentaba morderle como un perrillo rabioso porque le han pisado el rabo.
Cuando he conseguido tranquilizarme y he empezado a organizarme para poder llegar decente al trabajo, es cuando he oído el suspirazo desde el baño.
- ¿Qué te pasa?- le pregunto al marío.
Como respuesta otro desesperado suspiro.
- ¿Estás bien?- le vuelvo a preguntar.
- ¡Pues no, joder, no estoy bien! Que estoy intentando vestirme y llevo una hora intentando subirme los putos calzoncillos y aquí estoy, con ellos a la altura de los tobillos. Coño! que no doy abasto, que si lava los dientes al niño (y me intento subir los calzoncillos), que si al niño le entran ganas de caquita (y me intento subir los calzoncillos), que ahora limpiale el culito al niño (y los calzones bajados), que el niño tiene ahora sed (y yo detrás de él para darle el agua, y con el culo al aire). Que ya está bien, que voy a llegar en pelotas al colegio!!!!
Ha sido oirle y me he empezado a reir, a reir histéricamente, como si nunca hubiese reído antes. Me ha entrado tal ataque de risa que no he podido hacer otra cosa que ver la vida de otro color, del color piruleta en la calle de la gominola, tal y como deben ver el mundo los niños.
Y es que, ser padre y madre es muy satisfactorio, pero a veces es realmente estresante.
¿Os pasa esto a vosotr@s?
foto. pequelandia.org
8 comentarios:
Y eso que sois dos "contra" uno.
Que hay casas en las que son una "contra" tres o cuatro...
Respira hondo y ríete :)
¡Qué razón tienes Melisa!
Prefiero ni pensar en una tropa de niños dispuestos a hacerte llegar tarde al trabajo, con los pelos enfoscados y la sangre hirviendo...
Si algún día me animo con más, recordaré estos momentos, al fin y al cabo,comparado con otras cosas, felices momentos!
Esto si que te ha salido del tirón,jaja!!!! muy buena la escena,sólo comparable a cuando la niña se vomita y tienes que cambiarla íntegra de ariba a abajo y encima con el pestazo!!!!
je,je,je!!!!!
änimo y no pierdas el buen humor,fia,un abrazo solidario!!
Pues si que es lo que dicen que cada edad lo suyo... siempre piensas que ya has pasado lo peor pero aparecen cosas nuevas! ja ja ja!
Woooo! me gusto mx tu blog! t enlzo y t sigo un sludo!
¿ que pasó al final con el calzoncillo? jajajajjaa tranquila hija que como esta vendrán mas.
Un besín y acuerdate de no andar descalza por la cocina en unos días.
Ja ja ja ja Brisa, muy buena pregunta... lo cierto es que no sé qué pasó, igual se presentó al curro con el culo pelón al aire... Ja ja ja...
Pillinas, que vosotras no me habéis contado ninguna y seguro que alguna historieta tenéis...
Cómo me suena eso que cuentas, en este caso soy ya la que salgo con el culo al aire pues el papi se va a trabajar justo cuando nosotras 3 nos levantamos, la pitufa de 2 años, la de 8 y yo. La que se lía por las mañanas...
Mejor reir que llorar.
Un beso.
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